Habrás escuchado hasta la saciedad que se deben tomar al menos ocho vasos de agua al día para mantenerte hidratado. Lo has leído en artículos de Internet, te lo contó tu entrenador, el tío Federico lo afirma cada vez que hace calor e incluso gurús de Youtube dicen que además de ser el único medio efectivo para evitar una muerte horrible y segura, es un método infalible para abrir tu tercer ojo.
Quizá te decepcione saber que los “Ocho Vasos Sagrados de Angkor Wat” no abrirán tu tercer ojo y todos los que los mencionan repiten un mito. Verás, a día de hoy no se han establecido limites superiores o inferiores a la ingesta de agua en base a criterios fisiológicos objetivos y las recomendaciones que conocemos
se basan en el consumo promedio de la población de cada país, por lo que fluctúan significativamente.
“Las recomendaciones internacionales sobre la ingesta total de agua (alimentos + líquidos) de los hombres varían considerablemente, de 2,5/día en Europa a 3,7L/el día en Estados Unidos y Canadá.”
Pero para entender por qué razón los “Ocho vasos de la Iluminación” son una mentira que de tanto repetirse asumimos como verdad debemos saber como funciona nuestro cuerpo.
Algunos datos:
“El agua representa de media el 60% del peso corporal en los hombres adultos, y el 50-55% en las mujeres (EFSA 2010; IOM 2004). Esto significa que, en un hombre de peso medio (70 kg), el contenido de agua corporal es de unos 42 litros.”
“La mayoría de los órganos y tejidos contiene más de un 70% de agua: la sangre y los riñones se componen en un 83% de agua, y los músculos, en un 76%. Sin embargo, el tejido adiposo contiene sólo un 10% de agua.”
De estos datos inferimos que cada cuerpo es distinto, su contenido de agua y por lo tanto sus necesidades también, tanto así que dos personas del mismo sexo y peso en las mismas condiciones de temperatura y humedad pueden tener distintas necesidades simplemente por la variación en su tejido muscular.
También es importante que sepas que el cuerpo humano pierde agua y otros elementos mediante la orina, las heces, el sudor, la piel e incluso la respiración. Es decir, podrías beber religiosamente los “Milagrosos Ocho Vasos de Buda” y aún así deshidratarte porque has sudado más de lo común, porque sufres diarrea o porque simplemente tu constitución y metabolismo necesitan más agua.
“El sudor suele estar compuesto en un 99% de agua, con un pH entre 5 y 7. Contiene aproximadamente un 0,5% de minerales (potasio y
cloruro de sodio) y un 0,5% de sustancias orgánicas (urea, ácido láctico)”
Recapitulando, la cantidad de agua en tu organismo y tus necesidades son únicas por lo que establecer una cantidad arbitraria de consumo de agua es un sinsentido; quizá esa cantidad no sea suficiente para ti o sea excesiva. Entonces; ¿Cómo tener una idea clara?, ¿Estás bebiendo suficiente agua?
“El agua corporal es controlada, por una parte por la ingesta de líquidos que es estimulada por la sed, y por otra parte por la excreción renal del agua.”
Fácil, la orina. Si casi no orinas y cuando lo haces el color es muy oscuro debes beber más agua. Si es clara y orinas demasiadas veces entonces seguramente estás bebiendo más de la que estrictamente necesitas; pero no te preocupes, salvo por la incomodidad de hacer pis cada cinco minutos se sospecha que una alta ingesta de líquidos a largo plazo es beneficiosa para la función renal.
“…las consecuencias para la salud a largo plazo de una baja o alta ingesta de líquidos no han sido demasiado investigadas. Las pruebas preliminares parecen indicar que una baja ingesta de líquidos crónica puede influir en la salud del riñón, ya que puede asociarse con un declive más rápido de la función renal y un mayor riesgo de
enfermedad renal crónica.”
Recuerda que beber agua no es la única manera de asimilar líquidos y reponer los que has perdido, la enorme mayoría de los alimentos que ingerimos tienen un porcentaje importante de agua, algunos más, otros menos pero hay frutas como la sandia que son prácticamente agua en su totalidad y te ayudan a mantener tu cuerpo hidratado.
“La ingesta de líquidos con la dieta debería compensar la mayor parte de las pérdidas de agua del cuerpo. La ingesta de agua potable y bebidas representa entre un 70 y un 80% de la ingesta total de líquidos, mientras que el agua procedente de los alimentos representa aproximadamente un 20-30% de la ingesta total.”
Tomando en cuenta esto y entendiendo que beber mucha agua no lo es todo pues también debemos reponer las sales minerales que perdemos podemos concluir que el mito de los “Ocho vasos de San Meoncio” es a todas luces simplista y en esencia, falso.
Entonces te preguntarás: ¿Cuanta agua debo beber?
Lo cierto es que no hay una respuesta correcta que funcione para todos todo el tiempo, pues la cantidad de agua que necesitas depende de muchísimos factores como la temperatura, la humedad ambiental, la actividad física que realizas, el porcentaje de grasa en tu cuerpo, tu sexo e incluso ciertas condiciones medicas.
Para mantener tu cuerpo en condiciones, ten en cuenta que es bueno comer alimentos ricos en agua y minerales como el plátano, la sandía o productos especialmente diseñados para deportistas que garantizan una rápida asimilación de líquidos y minerales.
Por ultimo, debes tener presente que tu cuerpo es único; en GoFoods® sabemos que no hay cantidades exactas ni formulas mágicas para mantenerte sano pero queremos tu bienestar y el de los tuyos; por eso creamos productos sanos y de calidad para echarte una mano en tu cuidado personal y el de tu familia.
Citas tomadas de “ Agua e hidratación: Bases Fisiológicas en Adultos” de Hydration for Health